martes, 9 de diciembre de 2014

Y si hacemos un muñeco?

A mediados de noviembre festejamos el cumple número 3 de mi hijito. El es fanático total de la película Frozen (si no la vieron, véanla!) Y como era de esperar, pidió cumple de... Elsa! Una de las princesas de la peli! Fran muere por esta princesa, le fascina. La imita y canta como ella. Pero bueno, por más que el juego sea juego y él pueda jugar a lo que quiera, me negué a poner una princesa arriba de su torta. Más aún habiendo sido así el cumple de su hermana cuando se lo festejamos en abril. Entonces, luego de conversar con él, consensuamos en hacer la torta (y el cumple) de Olaf, un simpático muñeco de nieve que es como la mascota y el amigo de las princesas desde la niñez. A Fran le encantó la idea y a partir de ahí su mamá (yo) no hizo más que investigar y estudiar cómo hacerle la torta de este muñeco. Y luego una mesa dulce temática también!
Mi premisa fue: nada de princesas. Así que en los cotillones no tuve suerte ya que las  princesas son protagonistas de esta peli y todo el merchandising gira en torno a ellas. Pero la maravilla de Pinterest! me inspiró mucho y hasta encontré un kit para imprimir gratis (lo pueden encontrar aqui) solamente de Olaf. Milagro!
Para hacer la torta de Olaf estuve 3 semanas leyendo diferentes blogs. Se me había metido en la cabeza que le iba a hacer el muñeco de cuerpo entero y parado. Esto implicaba hacer una torta de dos pisos (que jamás había hecho) y ver cómo cuernos hacer la cabeza (que no es redonda pareja típica de los muñecos de nieve) para que no pesara, se sostuviera y tuviera esa forma tan particular. Luego de mucho mirar y mucho leer, hicimos (con Fer, si!) un primer intento con cornflakes y marshmallows. Resulta que leí que muchas formas las hacen con rice krispies (cereal crocante de arroz) y malvaviscos. Consiste en derretir los malvaviscos y luego incorporarle el cereal, moldear cuando está tibio y dejar secar. Aparentemente secan como piedra y son fáciles de tallar si es necesario. Como no conseguimos los rice krispies por ningún lado, intentamos con cornflakes, pensando en que iba a resultar similar. Pero no! Quedo una cosa muy pesada y rugosa, que intuí al minuto que Fer terminó de hacerla iba a caerse en el momento que la claváramos en el segundo piso de la torta.

No intenten hacer lo que muestro en estas fotos! No resultó! Jajaja!



Esto lo probamos el lunes muy muy tarde, ya martes les diría. Y le di vueltas en la cabeza las tres noches siguientes mientras iba preparando las otras cosas y durmiendo poco poco (cabe destacar que poco puedo hacer este tipo de preparaciones con los niñitos dando vueltas ya que se desviven por ayudar, tocar, probar y degustar, todo está muy bien pero no cuando el tiempo corre). El jueves después del mediodía, haciendo algunas compras de último momento, decidí que iba a probar con telgopor y encontré en una librería una arcilla que secaba a blanco. Bingo! me dije, y me la llevé. Tenía unas placas de telgopor en casa, de las cuales recorté la forma de la cara de Olaf que ya tenía impresa desde el lunes, la que usamos para copiar y moldear la cara de cornflakes.
Bueno, en cuanto terminé de moldearla, pensé, esta muy bien, pero se va a secar y va a pesar. Y encima no compré pintura para la nariz y los ojos. Qué hago???


Aun no convencida, me decidí a desarmar toda la cubierta de arcilla, total ya me había dado cuenta de cómo moldearla, sirvió de práctica, y decidí recurrir a mi amiga la pasta Ballina para cubrir tortas (de esa sí había comprado de más por las dudas!). Desde que mi amiga Ceci me enseñó a forrar tortas con esta maravilla, le fui perdiendo el miedo y cada vez me sale un poquito mejor. Debo aclarar, para el que no me conoce, que lo mío no es la decoración de tortas ni mucho menos. No tengo demasiada paciencia ni me considero con buena mano para eso pero últimamente me estoy dando algo de maña. Es asi que estiré mi querida pasta, cubrí mi base de telgopor, y la moldeé lo mejor que pude en la forma de la cara de Olaf. Tenía guardada de esta pasta ya coloreada en negro y naranja del Elmo que le hice a Fran el año pasado para su cumple (esta pasta dura un año envuelta en film y yo guardo las pelotitas que me van sobrando en una bolsita hermética) y como nadie iba a comer la cara, la usé para ojos, cejas, boca y nariz. 
Debo admitir, y no porque la haya hecho yo o por el trabajo que me dio, quedó muy bien, mucho mejor de lo que esperaba!



El resto de la torta consistió en dos bizcochuelos de vainilla para la base (uno de crema más denso para sostener peso y otro de huevos más liviano) con dos capas de dulce de leche (una mezclada con mendicrim) y una tortita de chocolate rellena de crema y merenguitos para lo que vendría a ser el cuello de Olaf. Fer también contribuyó realizando los brazos y pelos de Olaf, con palitos de pretzels pegados con glacé (y pegamento también, esto tampoco íbamos a dejar que lo coman!) y bañados con chocolate cobertura. La base la tallé un poco para que quede más redondeada y las dos tortas fueron recubiertas con... pasta Ballina, por supuesto!
La torta quedó asi

Ahora que miro la foto, les cuento que a último momento me acordé de los botones. Y los pies de Olaf sí fueron de los cornflakes con malvaviscos. No todo el trabajo fue a la basura! También los cubrí con glasé y pasta Ballina, doble porque se marcaban las imperfecciones de los cereales.

En la mesa de Olaf, tal cual la había pedido Fran, también había: confites de chocolate celestes, galletas de manteca con forma de hielo y decoradas (?) con chocolate blanco y confititos plateados (no sé si tienen un nombre en especial), paletas de galletas óreo bañadas blancas con azúcar turquesa, cupcakes de chocolate bañados con glasé blancos en pirotines celestes, paletas de malvaviscos con forma de flores blancas y celestes, y galletas de arroz bañadas blancas con centro de azúcar turquesa (para mi cuñada que es celíaca).



Le agradezco a Gret el mantel que vino justísimo para la ocasión y vistió la mesa como nada. Decoramos el fondo con guirnaldas hechas por mi (con hilo de cocina, blondas, esponjitas que simulaban copos de nieve y unas impresiones de Olaf) y la guirnalda de farolitos chinos blancos, que prendimos cuando cayó el sol y quedó bárbara. También pusimos guirnaldas y banderines al tono y globos turquesas. Fue una verdadera fiesta de Olaf, con el agregado del calor, que fue mucho, tal como le gusta a Olaf!!! 

Fue mucho trabajo, pero disfruté muchísimo hacerlo. Y la cara de Fran al ver su torta será algo imborrable de mi memoria y mi corazón.
Espero les haya gustado!

Maru